La importancia de la promoción de los programas
es un fenómeno reciente: se remonta al periodo de competencia entre
emisoras; antes no se veía como necesario interrelacionar la programación
con la promoción que debe de tener la introducción de algunos programas. La promoción puede hacerse en
todos los medios publicitarios externos como anuncios en la prensa, en
vallas o en los últimos tiempos en internet (la red también se utiliza
para establecer procesos de participación de la audiencia en los programas
generales como cuando solicitan que se envíen correos electrónicos). Sin
embargo, las autopromociones internas de la cadena
en el desarrollo de su propia emisión (on
air en su denominación en inglés) es la parte más característica del
fenómeno de la promoción televisiva.
Como se sabe, los spots
promocionales son unas unidades programáticas absolutamente decisivas
para las estrategias de la cadena. Significativamente, y con independencia
que se encargue su realización a empresas especializadas, los programadores dirigen las líneas maestras. A pesar de que en España
se considera que la base de un éxito televisivo es el programa, los expertos
estadounidenses han llegado a cuantificar al menos en un 10% la importancia
de la promoción en el éxito final de un espacio.
El primer objetivo de la promoción consiste
en informar sobre determinados
programas o sobre el conjunto de la oferta de la cadena.
Cuando se trata de promocionar la cadena, con frecuencia coincidiendo
con el cambio de las estaciones, las estrategias promocionales intentan