Frente a la competencia entre los modelos de televisión defendidos
por Baird y por la EMI, el Gobierno británico
decide nombrar una comisión investigadora para definir la posición
del Estado en materia televisiva. En enero de 1935, dicha
comisión adoptó una definición mínima de 240
líneas y 25 imágenes por segundo de forma que el
sistema mecánico quedaba relegado frente a la calidad de las imágenes
electrónicas. Casi dos años más tarde (el 2
de noviembre de 1936), la BBC comenzó
sus transmisiones desde los míticos estudios londinenses de Alexandra
Palace.
Hacia mediados de la década de 1930 gobiernos y compañías
televisivas de los países tecnológicamente más desarrollados
se decantan por la televisión electrónica, al
tiempo que las transmisiones tienden a regularizarse y a crecer en las principales
urbes (Londres, Berlín, París, Nueva York).
En los EEUU -pese a la temprana apuesta por la vía
electrónica- el desorden fue moneda corriente: las definiciones técnicas
de la televisión variaban año a año (de 240 líneas,
en 1933, a 525 líneas, en 1941). La primera emisora en establecer
un servicio regular fue la National Broadcasting Company (NBC),
subsidiaria de la RCA, en marzo de 1939; sin embargo, el organismo regulador
de la radio y la televisión, la Federal Communications Commission
(FCC), sólo autorizó la televisión comercial
en 1941.
En Francia, donde diversos equipos de especialistas venían
trabajando desde finales del siglo XIX en la puesta a punto del nuevo medio,
fue René Barthélemy quien instaló
(abril de 1935) un estudio de televisión en la parisina Escuela
Superior de Electricidad y utilizó la Torre Eiffel como
soporte de la primera antena emisora. En pocos años (1935-1939)
los franceses adoptaron el sistema electrónico.
Alemania es otro país donde la actividad en torno
a la televisión fue intensa. Ejemplo del avance en materia televisiva
experimentado entonces, fue la retransmisión en directo de los Juegos
Olímpicos de Berlín 1936. La recepción
de las emisiones tuvo lugar en lugares públicos: “teatros”
con capacidad para 50 personas y pantallas de cerca de dos metros de diagonal
(Palacio, 1992). Hacia 1937 los alemanes perfilaban su
propio sistema electrónico de televisión con una definición
de 441 líneas.
Algo más rezagados en el liderazgo televisivo se encontraban Italia
(en 1941 tenía una televisión experimental de 441 líneas)
o la URSS (adoptó un sistema electrónico
de 343 líneas hacia 1937).
Pese a las fuertes inversiones económicas de la industria de la radio
estadounidense (sólo en investigación y compra de patentes
la RCA invirtió 9 millones de dólares durante 1930-39)
y de los Estados británico y alemán, la ausencia de una producción
industrial de aparatos receptores lastraba el desarrollo de la televisión.
Fue en Gran Bretaña en 1937 y en los EEUU
en 1939 cuando tuvieron lugar las primeras fabricaciones
en serie de aparatos para uso doméstico-familiar.
Sin embargo, los avances en materia televisiva experimentados entonces se
vieron congelados y las transmisiones en Europa suspendidas
ante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Así, por ejemplo,
en septiembre de 1939 la BBC decide interrumpir sus 14 horas semanales
de programación a partir de la declaración de guerra del Gobierno
británico a Alemania. En tanto que, en los EEUU, país que
en 1941 contaba con cerca de cinco mil aparatos y las primeras quince licencias
de emisoras comerciales, el Gobierno prohibió la fabricación
de televisores orientando los recursos de la industria electrónica
hacia la Guerra en curso.