En los últimos años los sistemas de medios
de comunicación de masas y de educación se han visto alterados por el desarrollo
y la difusión de nuevas tecnologías de la información y la comunicación
(conocidas por sus siglas TIC), con Internet a la cabeza.
En muchas ocasiones se ha descrito a la red de redes -medio que viene a
superar la "unidireccionalidad" de la televisión- como el elemento
que llega para revolucionar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las
posibilidades de una enseñanza a distancia virtual e interactiva junto a
la gran cantidad de recursos informativos que dan vida a Internet fueron
las bases sobre las que muchos estudiosos pronosticaron cambios radicales
en las instituciones educativas (¡hasta se ha llegado a predecir la
desaparición de las aulas y los maestros tradicionales!). Hoy, con cierta
perspectiva, podemos afirmar que aún queda mucho camino por recorrer para
lograr un ensamblado convenientemente entre el sistema educativo y las TIC.
Investigadores y docentes (Gallego y otros, 2003) han analizado la historia
de la relación entre las TIC y las instituciones educativas en los últimos
lustros en España, diferenciando, básicamente, tres etapas:
A
partir de la completa digitalización (producción y distribución) de los programas
educativos y culturales audiovisuales que permiten Internet y la televisión
digital, se ha comenzado a hablar
de la "educación digital".
Sin embargo, en la mayoría de los países iberoamericanos las conexiones
a la Red son escasas y, en el caso de los sectores de población conectados,
el ancho de banda (canal por el cual "viajan" los contenidos) al cual
se accede es determinante a la hora de acceder a la oferta online.
Un ejemplo pionero de difusión de materiales didácticos o instruccionales a través
de Internet es el de la Asociación de Televisión
Educativa Iberoamericana (ATEI) a través de su Videoteca. Así, a través
del sitio web de ATEI es posible
acceder a una oferta de "programación bajo demanda" que permite ver programas
televisivos ya emitidos.
La nueva apuesta está cifrada
en la proliferación de la denominada
"banda ancha", puesto que la capacidad de transmisión de ésta permite
el intercambio de información a velocidades que superan ampliamente a
las conexiones telefónicas tradicionales o el ADSL. En consecuencia, la
banda ancha es capaz de llevar
hasta el aula todo aquello que los niños y jóvenes ya están acostumbrados
a experimentar a través de su natural relación con medios tan poderosos
como la televisión -imágenes en movimiento, con sonido y a todo color-
con la potencia de la instantaneidad e interactividad que brinda Internet.