La nociones de
"educación para la comunicación"
o de "educación para los medios"
se han ido desarrollando con el transcurso de los últimos años con el aporte
de especialistas en educación y en medios de comunicación procedentes de
diversas regiones del mundo. Básicamente estos conceptos hacen referencia
a la necesidad de abordar los llamados medios masivos
de comunicación y a sus contenidos desde una perspectiva analítica a
partir de un conjunto de herramientas escolares. Hoy se ha hecho corriente
fomentar la formación crítica de
los telespectadores para que en su rol de ciudadanos se sirvan de los
medios, en nuestro caso de la televisión, a partir de la reflexión, el análisis
y la participación.
Como señala Joan Ferrés (1998),
"una escuela que no enseña a ver televisión
es una escuela que no educa". Así, es deseable que las escuelas e institutos
ofrezcan pautas de interpretación y de análisis, tanto del funcionamiento
del conjunto televisivo como de sus programas principales: publicidad, series,
filmes e informativos. La responsabilidad formativa de estas instituciones pasa tanto por educar en
la televisión como por educar
con la televisión.
En el primer caso, educar en la
televisión, se trata de convertir
en materia de estudio al medio al que los niños dedican más horas diarias
de atención; para ello, maestros y profesores deben educar a sus alumnos
en el lenguaje audiovisual, enseñar los mecanismos técnicos y económicos
del funcionamiento del medio, y ofrecer herramientas para el análisis crítico
de los programas que combatan el visionado fascinado y acrítico
corriente.
En cambio, educar con la televisión
implica incorporar didácticamente la oferta televisiva a todos los niveles
de enseñanza del proceso de enseñanza-aprendizaje. A grandes rasgos, los
materiales televisivos que pueden ser aprovechados
en las aulas para complementar la formación en las distintas áreas pueden
ser divididos en dos grandes grupos, a saber:
Sin duda, la formación del profesorado es un elemento clave en la utilización o el rechazo de tecnologías audiovisuales en el proceso educativo. Los docentes manifiestan, básicamente, tres tipos de respuesta frente a las tecnologías audiovisuales, en general, y a la televisión en particular (Alonso y otros, 1995):