De
todos los formatos el reality-show es el que se ha sometido a mutaciones
y metamorfosis más completas hasta el punto que resulta complicado hablar sobre los lindes del género. Los reality-shows
primitivos eran una suerte de magazines que se diferenciaban de los demás
por ofrecer una visión de lo cotidiano
como espectáculo pero los actuales se han transformado en otros formatos
como el concurso o los magazines tradicionales. Partiendo de esto podemos
hacer la siguiente división.
EL REALITY-MAGAZINE. Programas que
muestran las tragedias, dramas o escándalos de personajes anónimos que desnudan sus secretos e interioridades
sin ningún tapujo. En un primer modelo,
un presentador o presentadora entrevista
a un grupo de personas, presentes en el estudio, dispuestos a revelar las peculiaridades de una parte de
su vida privada o de su forma de pensar, todo ello pasado, como se ha
dicho, por el filtro de la espectacularidad, lo que hace que cualquier tema
sea tratado desde una perspectiva forzada
hacia lo extravagante. A su luz, no hay tema que se resista a la polémica
y, de este modo, sexualidad -ya sea homo o heterosexual-, relaciones humanas
de cualquier índole, el entorno laboral,
la estética personal, las aficiones, etc, acaban invariablemente convertidas
en atracciones de feria.
Existe una modalidad de este tipo de programas que pretende el enfrentamiento de tipo violento y físico entre los invitados, aunque
controlado por un equipo de seguridad. Los ejemplos más populares lo constituyen
el "The Oprah Winfrey show" para el mercado anglosajón y "El programa de
Cristina" para el mercado hispano parlante de Estados Unidos.
En un segundo modelo, la emisión
versa sobre un tema polémico
en el que interviene una mesa de especialistas
moderada por un presentador y un público invitado entre los que siempre
se encuentran elementos dispuestos
a llamar la atención con opiniones
extremas o claramente provocadoras
con respecto a las de los especialistas. "Moros y cristianos" presentado
una temporada por Javier Sardá y otra por Jordi Gonzalez es un buen ejemplo.
Son programas de dudosa credibilidad, que
trasmiten la duda sobre si los que hablan son realmente lo que dicen ser
o si simplemente son fruto de los innumerables casting que se realizan e
interpretan un guión por una cantidad moderada de dinero.
REALITY-MAGAZINE DE FAMOSOS; son programas
donde los protagonistas son personajes
conocidos popularmente del ámbito social y artístico. La principal curiosidad
que han aportado este tipo de programas es el surgimiento de los "famosillos". Muchos se presentan en formato informativo como "Aquí hay tomate".
Conducidos por una pareja de presentadores de distinto sexo, realizan conexiones
telefónicas en directo, ofrecen vídeos de entrevistas o de imágenes grabadas
en secreto que muestren al espectador la cara oculta de sus ídolos, en un
tono cínico, humorístico y frívolo. Un segundo subformato se presenta bajo
la forma de un debate. Un grupo
de famosos y un grupo de periodistas especializados en prensa amarilla como
en "Tómbola", se lanzan preguntas y acusaciones moderados por un presentador
y frente a un público de estudio para revelar a la audiencia los entresijos
de la vida de famosos y "famosillos"
REALITY-CONCURSO; a este grupo
pertenecen los programas que proponen una competición
entre personas, ofreciendo una supuesta
realidad absoluta de los participantes sometidos a diversas pruebas.
Aquí encuadraríamos "Supervivientes", "Gran Hermano" o "La isla de los famosos".
Un número indefinido de personas, en unos
casos rostros populares, en otros anónimos, deben mostrar sus bondades y
miserias, siendo sometidos a pruebas físicas o psicológicas para recibir
el beneplácito del público y al cabo de unos meses quedar sólo uno que gana
un sustancioso premio. Cuentan con un presentador de estudio que realiza
un debate con amigos, familiares y los concursantes
descartados y un presentador de enlace que informa de las novedades
acontecidas entre los participantes.