La serie es el modelo
de ficción más específicamente televisivo. Podríamos definirla como una
consecución episódica de relatos cuyo esquema más usual contiene un número
de personajes fijos relacionados por unas tramas que: a) se continúan durante
varios episodios o en toda la serie como las telenovelas; o b) se concluyen en cada episodio como en Siete vidas o Un paso adelante.
Bien cierto es que también se consideran series aquellas cuyo único nexo
es temático, a pesar de que cada episodio esté protagonizado por personajes
e historias diferentes -Los límites
de la realidad- pero son menos habituales. Veamos ahora las características tipológicas de los distintos
formatos de ficción, dejando para su desarrollo en epígrafes autónomos a
las series propiamente dichas y al cine.
La MINISERIE consiste en dos
o tres episodios hasta alcanzar una duración entre cuatro y seis horas;
todos los episodios poseen una única trama principal que va resolviéndose, episodio tras episodio, como si de
un extenso film se tratase. Desde los contenidos, las miniseries pueden
ser adaptaciones literarias como El
abuelo o La Regenta, historias
de la vida real como Padre Coraje
o biografías de personajes célebres como Vicente Blasco Ibáñez, Miguel Hernández,
Josep Pla o Salvador Dalí. Los episodios
suelen cerrarse con un clímax que genere una expectativa en el espectador
para engancharle al próximo episodio. A veces se programas en continuidad
en varios días y menos habitualmente en una cita semanal.
Las
TV MOVIES (es decir, película
para televisión o telefilm) tienen una hora y media o dos de duración. Se
diferencia de un film pensado para la gran pantalla en aspectos estéticos,
técnicos y de producción. Estéticamente está realizada con pocos planos generales y un marcado abuso del primer plano. Técnicamente, los distintos actos se estructuran pensando en los cortes publicitarios.
Los puntos de inflexión y los clímax se distribuyen en momentos puntuales
previamente fijados por el corte de publicidad de la cadena que ha encargado
la grabación. A nivel de producción los plazos de rodaje son mucho más breves oscilando entre dos o tres
semanas frente a las de seis a ocho semanas de un film de largometraje para
cine; y desde luego poseen un número
reducido de personajes, contados
decorados y tramas de gran sencillez
y muy directas. Los temas suelen sacarse de la realidad (de ahí el célebre
cartel de 'basado en hechos reales'), siendo el género más frecuentado el
melodrama.
Este tipo de producciones son generalizadas
en Estados Unidos, existiendo cadenas de televisión como la televisión
de pago HBO que las producen para tener un estreno semanal, lo que no obsta
para que algunos de esos films puedan verse en las salas cinematográficas.
En Europa la producción es más reducida y discontinua.
En España el formato está considerado como la asignatura pendiente
de las cadenas de televisión, realizándose cada año un escaso número de
telefilmes Únicamente las televisiones autonómicas han establecido una política
de producción continuada de este formato de ficción.