La
televisión no sólo se nutre de programas que interesan a la mayoría. Del
mismo modo existen una serie de deportes
que, aunque son de interés minoritario, en eventos o momentos históricos
concretos llegan a desmerecer tal calificativo reduccionista. Véamoslos.
BALONCESTO.
Estamos frente al deporte que mayores
fluctuaciones de audiencia sufre dependiendo de la competición que se
retransmita y, sobre todo, de los éxitos que se logren. Los partidos estrella son aquéllos protagonizados
por la selección nacional y aquellos encuentros disputados en el marco de
un torneo. Las audiencias progresan
geométricamente a medida que se avanza hacia el final del campeonato,
alcanzando cifras millonarias si se llega a la final. Sin embargo no obtienen
la misma respuesta los éxitos de clubes, ni a nivel internacional ni mucho
menos en las competiciones domésticas. Esto llevó a que al inicio de la
temporada 2003 - 2004 la competición española estuviera comprometida debido
a que ninguna empresa audiovisual estaba dispuesta a pagar las cantidades
que la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) exigía por los derechos
de retransmisión.
El tratamiento técnico del baloncesto ha ido evolucionando desde un sencillo
modelo de realización basado en el eje imaginario que se establece entre
ambas canastas- al igual que el fútbol- con el complemento de alguna cámara ENG que mostraba las reuniones
de los tiempos muertos, hasta una cierta sofisticación de la realización
que incluye la colocación de microcámaras
en los puntos más sorprendentes tales como en la parte posterior del tablero
transparente de la canasta o completamente cenital sobre el pabellón.
TENIS. Es
un deporte que en las últimas décadas ha presentado datos de audiencia muy
regulares y significativos, sobre todo en las fases finales de la Copa Davis
y en el desarrollo de los Gran Slam: Roland Garros, Flushing Meadows, Wimbledon
y el Open de Australia.
La realización de las retransmisiones se apoya en un plano general tomado desde uno de los fondos donde se mantiene fija
la cámara, apoyado por planos más
cortos tomados desde ambos lados
de la cancha en los saques y reacciones de los tenistas así como unas cámaras
dirigidas a los límites de la pista para resolver, en casos de duda, si
la bola entró o no, últimamente apoyadas, además, por sofisticados programas
informáticos que monitorizan las líneas y los impactos de la bola y generan
una imagen de síntesis para aclarar
las situaciones poco claras.
Existen una gran cantidad de deportes
que se practican en recintos cerrados. Algunos de ellos, como la Pelota
vasca, posee significativas audiencias en muchas zonas de España. También
en este grupo incluiríamos por un lado deportes adscritos a un modelo de
realización basado en el eje imaginario establecido entre los oponentes
situados en dos campos, como el balonmano, el fútbol sala, el voleibol o
el waterpolo, y aquellos que pivotan respecto a un punto central vistos
por un punto de cámara, como la natación, las artes marciales o el patinaje
artístico.
Los
deportes en exteriores tienen
menos arraigo. Pero debe mencionarse el golf (con capacidad económica para
contar con un canal de pago), la vela (que reúne una gran cantidad de patrocinadores),
el esquí y la hípica.