Como vimos en
anteriores epígrafes, para la organización de cualquier programa han de
darse una serie de pasos preliminares
a la grabación. La improvisación se reserva para pequeños detalles o
momentos muy concretos pero nunca para el concepto general de un programa.
Podemos dividir estos preparativos en dos bloques: las operaciones preliminares y los ensayos.
I. Las operaciones preliminares
Son el conjunto
de acciones que permiten ordenar
y coordinar todos los elementos necesarios para realizar el programa.
Entre otras debe mencionarse:
Encendido de los aparatos y preparación de las cámaras; procedimiento
que popularmente se conoce como calentar los equipos, con
ello se pueden prevenir averías por sorpresa y sustituir o reparar los posibles
desperfectos detectados. Por un lado se chequean los controles directos de la cámara y los interfonos que comunican al
operador con el control de realización. Por otro lado también se comprueba
el perfecto funcionamiento del
soporte, el equilibrio de la cámara sobre
su cabezal y la fluidez y continuidad de los movimientos de panorámica.
Asimismo, se limpian los cabezales y las partes
mecánicas de los magnetoscopios y se comprueba el estado y funcionamiento de las cintas magnéticas.
Preparación de
los micrófonos, banda sonora y de la tituladora; selección de
los tipos de micrófono, su perfecta conexión y el nivel de las señales.
El ayudante de sonido o microfonista
habla a los micrófonos y establece los niveles previos. Con respecto a la
música, tras hacer una selección
previa de las músicas se preparan en el orden en el que deban entrar
durante el programa. También se revisan los textos que se cargan en los
generadores de caracteres y aquellos otros que servirán a las cabeceras
o transiciones.
II.
Los Ensayos
Una
vez comprobados todos los elementos técnicos, se procede a realizar simulaciones de grabación para ajustar
el trabajo de todos los departamentos. Según su inmediatez respecto a la
grabación se dividen en dos grupos: