Un nuevo modelo de televisión se generalizó en los
años 80 en varias regiones del mundo: la televisión
de pago. En términos generales podríamos afirmar que la televisión
de pago es un servicio de televisión, suministrado vía herciana
(satélite o terrestre) o por cable, que ofrece la posibilidad de
acceder a una o más programaciones específicas a cambio del
pago regular, generalmente mensual, de un abono.
Técnicamente el funcionamiento de la televisión de pago es
simple: la estación de televisión emite una señal codificada
que un aparato en poder del abonado (el decodificador) decodifica y restituye
para su visión en el televisor. El decodificador
se convierte en la pieza fundamental en los servicios de televisión
de pago ya que a través de éste se accede a la programación.
El decodificador es puesto a disposición del abonado (normalmente
a cambio de un depósito) en el momento del inicio del abono; con
frecuencia las disputas económicas entre los agentes de la televisión
de pago se centran en la manera de proveer ese aparato.
En cuanto a los contenidos, las empresas que gestionan televisiones de pago
presentan una oferta heterogénea compuesta por programas
o productos de contenidos temáticos, monográfico o especializado
(canales de deportes, de películas, de información, de geografía,
de medicina, de historia, etc.) para públicos específicos.
Los inicios de la televisión de pago se remontan a comienzos de los
años 70 cuando en EEUU el grupo editorial Time concibe la exitosa
Home Box Office (HBO).
Esta iniciativa fue emulada por Warner Communication y Viacom al crear The
Movie Channel (1975) y Show-time (1976), respectivamente.
El estadounidense es un mercado de canales de pago altamente competitivo.
Mientras, la televisión de pago llegó a Europa en la década
de los 80 con la aparición en Francia de Canal +,
sociedad que comenzó sus emisiones en noviembre de 1984
situándose, desde el punto de vista de sus contenidos, a medio camino
entre un canal temático y uno generalista.
A principios del siglo XXI la televisión de pago por abono se presenta
como la modalidad dominante. Sin embargo, desde principios de los años
80 se encuentra en expansión el pago por consumo o pago por
visión (ppv, pay per view en su denominación
en inglés) en la que el espectador paga únicamente el programa
que ve: una película, un partido de fútbol o un combate de
boxeo, por ejemplo). En el mercado estadounidense. Viewer’s Choice
y Request Television son las dos principales cadenas de pago por visión
asociadas a la televisión por cable.
Hoy en día la mayoría de las televisiones de pago adopta la
fórmula “producto combinado”: las empresas
además de ofertar señales de televisión (canales generalistas
y temáticos, algunos de éstos últimos de producción
propia) ofrecen productos y servicios de telecomunicaciones, como el acceso
a Internet o la telefonía básica.