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11.9 Resultado final

Nos encontramos aquí en la fase final de nuestro proceso de producción: la postproducción. Quizá uno de los pasos más complejos si carecemos de medios, tanto técnicos como económicos, y si nuestras aspiraciones son muy elevadas. Es la fase en la que cerraremos el producto y el último paso para corregir errores o potenciar valores que nos habían pasado desapercibidos.

La postproducción comienza con el montaje o edición, cuyos planteamientos estéticos vimos en el epígrafe 8.7. El término montaje se utiliza en español cuando nos referimos a soporte cine y hablamos de edición cuando nos referimos a soporte magnético; sin embargo, en inglés, origen de hecho de la función que consiste en unir con ritmo distintos fragmentos de una obra película u obra audiovisual, no existe distinción, utilizándose tanto para el cine como para el vídeo el término editing.

En el rodaje no profesional que estamos simulando lo más frecuente es que hayamos grabado en vídeo. Si uno de nuestros colaboradores tiene experiencia o inquietud por la edición, podemos acceder a los medios de nuestro centro de estudios por lo que tendremos que tener controlado de qué sistemas y formatos dispone. Actualmente el digital está sustituyendo al analógico en los centros de enseñanza, pero si sólo tenemos acceso a material antiguo, no debemos olvidar que el audiovisual tiene más de cien años y nuestros predecesores consiguieron sacar adelante sus trabajos con medios que ahora nos parecen antediluvianos.

Podemos tener la fortuna de que nuestro montador posea algún tipo de software de edición de vídeo y tarjeta de vídeo para volcar en su PC directamente desde la cámara (Mini DV, DVCam o las más profesionales de DVPro). Esta fórmula es la más usual entre la gente que trabaja en vídeo y DV y no está matriculada en algún centro de enseñanza.

Si no tenemos acceso a ningún utillaje, siempre podremos conectar entre sí dos vídeos, bien a través de una mesa de mezclas o bien sin ella. Es la vía más ardua y complicada pero con gran paciencia pueden obtenerse resultados bastante decentes. Muchos vídeos llevan incorporadas opciones de edición con algunos efectos sencillos como fundidos y encadenados y grabación del audio por más de una pista.

Es muy posible que cuando se produzca el asentamiento del DVD grabador veamos incorporarse muchas innovaciones que favorecerán la calidad técnica de las grabaciones amateurs.

Cuanto mayores sean nuestras necesidades de postproducción (es decir cuanto más utilicemos efectos visuales), más se encarecerá el producto. Salvo que tengamos acceso a medios muy avanzados y a sus correspondientes técnicos es mejor empezar nuestros cortometrajes narrando historias sencillas que no requieran grandes artificios visuales.

El apartado más descuidado en los trabajos no profesionales suele ser el sonido, curiosamente el más desarrollado en los últimos años en el cine profesional. Es importante separar por pistas distintas la voz, los efectos de sonido y la música, cuidando la calidad de cada una de ellas desde el mismo instante de su grabación en rodaje. Siempre debemos grabar los efectos de sonido más relevantes y aquellos que pueden interferir en los diálogos de los actores en pistas separadas, por ejemplo el cerrar de una puerta o clavar un clavo mientras los actores hablan.

Siempre que podamos debemos utilizar música creada por algún conocido. La música previamente existente está sujeta a derechos de autor, lo que puede provocarnos dificultades insalvables y algún problema legal si queremos que nuestro trabajo sea exhibido en circuitos comerciales y hasta es probable que nos reste valor para las decisiones de los jurados de los premios.

Una vez montado y sonorizado, tendremos nuestro corto terminado. Podemos contemplar en conjunto el resultado de tantas semanas o meses de trabajo. Con independencia de nuestra intencionalidad, como responsables finales del trabajo nunca debemos olvidar que, ante todo, lo que obtenemos es el trabajo de un grupo de personas. Y por cierto, no te inquietes si el resultado no es idéntico a lo que tenías en mente, es lo que sucede en la gran mayoría de las películas.