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11.2 ¿Qué necesitas?
Para poner en marcha un cortometrajese necesitan, esencialmente, cinco cosas: un guión, una cámara, unas cintas de vídeo, algo de dinero y un grupo de colaboradores. Si a esto le añadimos esfuerzo, imaginación e ilusión, estamos preparados para crear productos audiovisuales. Veámoslo.

1). Del guión ya hemos hablado sobradamente, recordemos que es importante pensar y utilizar la imaginación para crear una historia que esté al alcance de nuestras posibilidades. Un ejemplo: de nada nos serviría hacer la mejor historia sobre el catastrófico hundimiento del metro de Madrid o la invasión del planeta Venus si carecemos de los medios para recrear los efectos y los decorados imprescindibles para hacer aceptablemente verosímiles tales historias.

2) La cámara. Los principiantes deben trabajar en vídeo. Si no tenemos una cámara en propiedad y pertenecemos a un instituto, universidad o realizamos actividades en un centro cultural municipal, seguramente tendremos acceso a una cámara. En última instancia es factible hoy en día conocer a alguien que pueda prestárnosla. Lo que debemos tener presente es el formato a utilizar. En un centro de enseñanza todo el sistema de grabación y posproducción estará unificado: cámara y editora pertenecerán al mismo formato, bien sea DV, Betacam, Hi-8, o VHS. Si nos vemos obligados a conseguir los medios por nuestra cuenta, nos encontraremos con problemas si, por ejemplo, la cámara es de Hi-8 y la editora de Betacam. El desajuste se solventará haciendo repicados entre formatos, pero no hay que olvidar que los repicados siempre te hacen perder calidad de imagen, y eso se notará cuando hagamos copias para los festivales o para los visionados en casa (habitualmente en VHS). Recordemos que en digital estas pérdidas son casi inapreciables, pero en analógico son inevitables.

3) Cintas de vídeo. Tendremos que conseguir el número de cintas que consideremos necesarias según la envergadura del proyecto. A diferencia de lo que ocurre con la película de cine, sabemos que las cintas de vídeo permiten regrabar encima de los utilizado y que, por los motivos que fuere, descartamos para el montaje. Pero no es recomendable ser tan ahorrativos, puesto que un error de cálculo puede costarnos caro. Antes de iniciar el rodaje, es aconsejable comprar una cantidad de cintas cuya duración total sea muy superior a la duración final del corto finalizado. Si consideramos que la duración de nuestro cortometraje estará en torno a los diez minutos, lo ideal es adquirir en cintas un equivalente a cien minutos. Esta proporción significa que podemos realizar diez tomas de cada plano, algo que desde el punto de vista estético no es excesivo, teniendo presente que el material magnético es más barato que el químico y las pruebas de los actores se pueden grabar por si luego nos sirven.

4) El dinero, como siempre, es lo más problemático. Si poseemos los medios habituales de producción, como la cámara, la sala de edición y sonorización y una mesa de repicado para obtener copias de cualquier formato a VHS, el dinero sólo tendremos que emplearlo para pequeñas necesidades como las cintas, iluminación, adquisición de atrezzo, gasolina, taxis, alimentación para el equipo y otros gastos de este tipo. Como veremos en el siguiente epígrafe, el modo de obtenerlo es diverso: los propios ahorros, la ayuda familiar, la aportación cooperativa de los integrantes del proyecto o las subvenciones, entre otros. Es imposible establecer una cantidad mínima necesaria; en buena parte dependerá del grado de afinidad personal con el equipo de colaboradores (un día entero a base de bocadillos de mortadela y agua puede colocar al rodaje al borde del motín). Sea como fuere, como el sentido común indica, parece imposible reunir a trabajar a unas cuantas personas sin que suponga un coste de unos cientos de euros.

5) Los colaboradores. Al final, en un rodaje de principiantes los colaboradores constituyen el elemento clave. Tan es así, que desarrollaremos las problemáticas que suscita en epígrafes posteriores; digamos ahora que es imprescindible rodearse de un grupo de personas que tenga, al menos, las mismas inquietudes que nosotros. Ya sean amigos que ayuden en tareas menores o compañeros que se hayan interesado por el audiovisual. Lo ideal es contar en el grupo con algunos que hayan tenido experiencia previa en rodajes. La organización, ya lo sabemos, es imprescindible y cuando hay que iniciarse en el mundo del audiovisual nunca hay que desechar la visión del iniciado.

 




Travelling de aproximación
© Foto: J. C. Alfeo