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13.- TAMBIÉN EL APARATO DIGESTIVO PUEDE SER OBJETO DE MALOS TRATOS.

A lo largo de la historia han ido adoptándose unos hábitos alimentarios, que, en general, estaban bien adaptados a las características de cada sociedad.

El desarrollo de la capacidad de comunicación entre las personas, que hoy día es prácticamente universal, hace que costumbres de unas sociedades sean adoptadas por otras a veces con perjuicio para la salud.

Pongamos como ejemplo el caso de la dieta mediterránea, considerada una de las más sanas del mundo a juzgar por la larga vida media que poseen los habitantes de los países en los que se sigue.

El desayuno tradicional de pan con aceite de oliva se sustituye por mantequilla o margarina, (más dañinas y menos nutritivas). Las legumbres que se cambian por pasta (menos fibra y minerales). Las carnes tradicionales son sustituidas por hamburguesas o salchichas (más grasa, más colesterol). O el olvido de las ensaladas (vitaminas y fibra) y el cambio de la fruta por los dulces en los postres (menos fibra y vitaminas, más caries y más colesterol).

Por otra parte, existen costumbres que no favorecen, o dañan, la función del aparato digestivo. Una de ellas es el consumo de alcohol, droga que crea la más fuerte de todas las dependencias y causa graves trastornos. O la ingestión de aditivos peligrosos porque mejoran el aspecto (sólo el aspecto. No el sabor o el valor nutritivo) de ciertas comidas.

Hay aspectos higiénicos muy importantes relacionados con la salud del aparato digestivo. Uno de ellos es la necesidad de lavarse las manos antes de comer o de preparar comidas, para evitar la ingestión de microbios que puedan causar enfermedades.

Otro es la repugnante costumbre de escupir en el suelo, propia de la vida en el campo, pero extraordinariamente antihigiénica en las ciudades, dónde los gérmenes presentes en la saliva o el mucus pueden infectar a otras personas.

Pero aunque se extremen las medidas de prevención, siempre se desarrollarán enfermedades cuyo origen está en la propia naturaleza. Unas debidas a infecciones: Anginas, hepatitis, gastroenteritis, úlcera gástrica (Helicobacter pilori), lombrices, solitaria. Otras degenerativas, como los tumores que pueden desarrollarse en los diferentes órganos del aparato digestivo: estómago, colon, recto, hígado, páncreas, etc. o la cirrosis hepática. También son frecuentes enfermedades de origen metabólico, como las intoxicaciones, diabetes, gases, colon irritable o los cálculos biliares o renales, distintos tipos de úlceras, etc. O constitutivas, como la hernia de hiato o las hemorroides.



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