Ministerio de Educación y Ciencia
TOLEDO. Clausura del Convento de Santa Úrsula Ampliar e Imprimir Ampliar Imprimir
TOLEDO. Clausura del Convento de Santa Úrsula.
Página siguiente
Crucifijo de las Novicias. Clausura del Convento de Santa Úrsula. Toledo. Obra restaurada el año 1997.
Crucifijo de las Novicias. Obra de Alonso Berruguete, ejecutado en la primera mitad del siglo XVI. Esta obra procede del ático de un retablo desaparecido y actualmente recibe culto en la clausura del convento toledano de Santa Úrsula, perteneciente a las m. m. Agustinas. En dicho convento, en la capilla de la Epístola del templo, está instalado el retablo de la Visitación, obra también de Alonso Berruguete, procedente de otro lugar. Es posible que el Crucifijo que nos ocupa llegara al convento de Santa Úrsula con este retablo.

Esta obra se ha tallado en madera de pino, la figura de Cristo está constituida por tres piezas: la pieza en que se han tallado a la cabeza, torso y piernas y las piezas en que se han tallado los brazos, que se unen al torso mediante sendos espigones insertos a este.
La cruz, constituida por dos tablas, ensambladas a media madera, es también de pino, reforzándose esta unión con espigas de madera. Los brazos horizontales de la cruz han perdido las esquinas superiores para poder colocarse en una hornacina en arco de medio punto. La figura de Cristo se fija a la cruz con tres clavos de madera, de cabeza piramidal. Se refuerza esta unión con un clavo de hierro que une la cruz a la figura por la zona lumbar.

La obra está aparejada con sulfato cálcico aglutinado con cola de retazos de piel. Sobre este aparejo, para dar mayor luminosidad a las carnaciones, recibió una capa de blanco de albayalde aglutinada con la misma cola de retazos, sobreponiéndose la policromía al óleo de pulimento. Esta base de blanco de albayalde, con exceso de cola, ha supuesto la pérdida de parte de esta policromía al tener una superficie excesivamente tersa, lo que impidió la adhesión correcta del óleo. La policromía del paño de pureza está realizada al temple de huevo, de color blanco, esgrafiado en decorativas líneas paralelas sobre oro bruñido, que se aplicó sobre cama de bol rojizo. La policromía de la cruz es igualmente de temple al huevo, de color pardo oscuro.

Es de destacar que el propio Alonso Berruguete policromaba sus obras, esto explica la perfecta adecuación de la policromía a las esculturas.

La policromía de la obra no se remata en la parte posterior de la figura y deja sin tapar la parte posterior de la cruz, dato que corrobora la antigua pertenencia a un retablo perdido. Esta policromía está cubierta con una capa de barniz de goma-laca oxidado.

Estamos ante una obra de culto, por lo que la intervención se ha encaminado a la limpieza de la policromía, la recuperación volumétrica en los dedos perdidos de las manos y de la parte inferior de la cruz, que fue serrada. También se reintegraron las perturbadoras lagunas de la policromía.
© Ministerio de Educación y Ciencia
Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa. Información general: webmaster@cnice.mec.es