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9.4 Juegos Olímpicos
El mayor evento televisivo programado que existe a nivel mundial es, sin sombra de duda, la celebración de los Juegos Olímpicos. Es casi impensable que pueda existir alguna zona remota del orbe a la que lleguen los medios de comunicación y no se siga, cada cuatro años, la competición por disciplinas más completa que jamás se haya creado. Cierto es que en estricto sentido deberíamos diferenciar entre Juegos de Invierno y Juegos de Verano; pero parece evidente que cuando se habla de repercusión mundial se hace referencia sobre todo a los Juegos de Verano.

Las emisoras televisivas invierten cifras millonarias para conseguir los derechos de retransmisión de los Juegos. Es célebre que a principios de los años ‘90, la todopoderosa NBC estuvo a punto de arruinarse por su obsesión por conseguir los derechos, en exclusiva, para Estados Unidos de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Sus resultados de audiencia sufrieron un fuerte descalabro a medida que avanzaba la competición. El principal inconveniente de este tipo de eventos intercontinentales viene dado por las diferencias horarias que hacen peligrar las audiencias.

Lo anterior no obsta para que las cadenas propietarias puedan negociar los horarios de algunas pruebas tal como ocurrió con los cien metros lisos de los Juegos de Seúl (1988) que se disputó a las 9:00 horas locales para que coincidiera con mejores horarios en Estados Unidos y Europa.

Todo en los Juegos Olímpicos está sobredimensionado. El número de países participantes, de competiciones, de público, de televisiones… a mayor variedad, lógicamente, mayor complejidad. La gran mayoría de las disciplinas deportivas que se practican en el mundo se reúnen durante un mes, y todas ellas van a ser transmitidas a los receptores de todo el planeta. Para hacernos una idea del operativo que ello supone, mencionemos que para la cobertura de las pruebas de atletismo, las competiciones más populares y de mayor audiencia de los Juegos Olímpicos, se destinaron 46 cámaras durante los Juegos de Barcelona 1992, y estamos refiriéndonos exclusivamente a las pruebas de atletismo. Añadamos otras 34 cámaras que se destinaron para las pruebas de gimnasia y de inmediato observamos que estamos ante un operativo excepcional.

Cada deporte en los Juegos tiene su modo de realización. Todo se graba y retransmite en directo, labor realizada por los técnicos de la empresa designada para tales funciones, pero luego cada país posee sus propios periodistas, alguna cámara autónoma, y la potestad de combinar las señales contratadas para organizarlas como mejor considere según el interés que cada deporte suscite entre sus espectadores. Por descontado, diversos deportes coinciden en horarios y fechas y cada país tiene previamente solicitada y contratada la señal de aquél que más le interesa.

Toda esta labor se facilita elaborando un libro de estilo previamente fijado por el Comité Olímpico Internacional y la televisión encargada de la retrasmisión. que establece unos parámetros fijos – determinado tamaño y duración de los planos en situaciones previsibles, como por ejemplo la llegada a meta de los corredores -  y la distribución estratégica de todo el conglomerado técnico y tecnológico.

Huelga decir que no existe, pues, un modelo de realización estandarizado para todos los deportes, sino que cada deporte requiere unas características de realización propias acordes a la mejor visión que del mismo pueda ofrecerse. Siempre teniendo como premisas, la claridad, la sencillez y la espectacularidad.