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9.1 El deporte en televisión
Nadie puede dudar de que el deporte ha adquirido una destacada situación entre las formas de espectáculo de las sociedades contemporáneas. Ni tampoco, por supuesto, que el medio televisivo constituye un elemento central de esas sociedades. Las interrelaciones son tan antiguas que de hecho ha sido habitual que muchas de las primeras retrasmisiones hayan sido eventos deportivos: el derby hípico de Epson en 1932 en el Reino Unido, los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 en Alemania, un partido de béisbol en 1939 en Estados Unidos, el enfrentamiento futbolístico entre el Real Madrid C.F. y el Barcelona F.C. en 1959. En suma que deporte y televisión estaban, y están, condenados a entenderse en un maridaje del que uno y otra extraen beneficios y provechos mutuos.

A la televisión le interesa el deporte:
  1. Porque le proporciona buenas audiencias.
  2. Porque, a diferencia de casi toda la producción propia o ajena, es un producto que posee reglas universales y que se puede programar instantáneamente, o casi.
  3. Porque puede asociarse con valores sociales positivos como la vida sana, la juventud, la vitalidad, etc.
  4. Porque los costes de producción de los programas deportivos por hora emitida, son aceptables en casi todos los casos modestos si los comparamos con los de la ficción original o los de los programas de entretenimiento.

Al deporte le interesa la televisión porque:

  1. Aumenta su presencia pública (de ahí el generalizado deseo de que se retransmitan pruebas de deportes minoritarios)
  2. En el actual modelo económico la salud financiera del sistema deportivo depende de los contratos de las retrasmisiones televisivas. Hay, de hecho, pruebas que carecen de espectadores y sus ingresos únicamente provienen de la televisión como el rally automovilístico-motociclista Paris-Dakar.

Como resultado de todo ello, las retransmisiones deportivas prácticamente copan el ranking de audiencia de los programas más vistos a nivel mundial, y la televisión es el mayor escaparate del gigantesco mercado mundial que conforma el deporte.

Algunos autores han resaltado, como un valor adicional, que en televisión no hay nada más realista que el deporte transmitido. De esta manera las retrasmisiones se conciben como si fueran un relato en el que existe un protagonista, bien individual – tenis, golf, motociclismo, atletismo– o colectivo – baloncesto, fútbol, waterpolo – que busca conseguir un objetivo, el triunfo, y para ello debe superar unos obstáculos; hay también personajes secundarios que acompañan a las estrellas; y hasta ‘villanos’, los competidores rivales. Hay vencedores y perdedores y siempre un final feliz para alguien. El espectador puede identificarse con los protagonistas a través de conceptos como el honor, el orgullo, la superación y la victoria o la derrota.