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4.2 La ingeniería del vídeo: televisión de color
La televisión como el cine nació en blanco y negro. Más tarde surgieron las denominadas normas de color, NTSC adoptada en Estados Unidos y en Japón, PAL en gran parte de Europa y SECAM sobre todo en Francia, y algunos países de  Europa del Este.  Sin embargo, cuando comenzaron a proliferar en los hogares los aparatos en color (genéricamente: en los años sesenta en Estados Unidos y en los setenta en Europa) los ingenieros debieron encontrar una completa compatibilidad entre los aparatos monocromáticos y los de color. Entre otras cosas porque durante muchos años era frecuente que parte de la programación se emitiera en color y otra en blanco y negro. La operación tecnológica y comercial consistió en que todo propietario de un televisor en blanco y negro pudiera recibir la señal de televisión aunque ésta fuera emitida por la cadena en color.

Para ello se trataba de que si en blanco y negro las cámaras y los televisores operaban con un único tubo que trabajaba tan sólo con la información de brillo, conocida como luminancia; en color la señal de televisión procesa por separado dos tipos de señales: la mencionada luminancia y la crominancia que indica el tono y saturación en cada punto de color. El ‘truco’ consiste en que en la televisión en color la luminancia se crea a partir de la adición de tres señales de color. La luminancia está formada por un porcentaje de los tres colores fundamentales: un 30% de la señal roja (R), un 59% de la señal verde (G) y un 11% de la señal azul (B).

Obviamente, el color obliga a la cámara a poseer no un tubo de imagen, sino tres, siendo cada uno de ellos correspondiente a uno de los tres colores en los que se descompone la imagen.  En suma que, al salir de los tubos de cámara tenemos tres señales, RGB, que se envían a una matriz que extrae la señal de luminancia por un lado (nominada por los ingenieros como Y) y dos señales que sumadas son la crominancia (C). Sólo son necesarias dos señales porque el tercer color se obtiene de la luminancia y estas dos señales de diferencia de color. Si se mezclan las señales Y/C se obtiene la señal de video compuesto que se puede modular en radiofrecuencia y transmitir fácilmente por ondas hertzianas.

En los años 80 se desarrolló la técnica CCD (Charge Coupled Device; Dispositivo de carga de acoplamiento). El funcionamiento técnico del dispositivo se basa en unos circuitos integrados formados por elementos fotosensibles dispuestos en columnas y filas. En cada punto de intersección se halla un punto sensible a la luz incidente, llamado píxel; a su vez esa luz es capaz de generar cargas eléctricas de una tensión proporcional a la luz que recibe: más brillo, más densidad de carga. En los CCD, cada fila corresponde  a una línea de video; el detalle y la resolución será proporcionalmente mayor según sea el número de píxeles.

La ligereza y menor tamaño de los sensores CCD, su carácter robusto y resistente a golpes y vibraciones ha permitido diseñar cámaras más pequeñas que paulatinamente han arrinconado hasta su práctica desaparición a los tubos de cámara.