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4.10 Modelos analógico y digital
A principios de los años noventa del pasado siglo todos los analistas televisivos consideraban que la televisión de alta definición supondría el cambio tecnológico del futuro. Únicamente se dudaba si los mercados abrazarían el modelo japonés de 1125 líneas de resolución o el europeo de 1250. Y sin embargo se equivocaron, produciéndose con su error uno de los grandes fiascos de toda la historia de la televisión. La adopción en EEUU, de largo el principal de todos los mercados del mundo, de modelos digitales de televisión trastocó todos los planes de la industria europea e hizo que todos los mercados se centren en el nuevo modelo tecnológico.

Como se sabe, la televisión digital consiste en un sistema de codificación de la señal de vídeo en forma de valores numéricos en formato binario. En el mundo digital esos parámetros se representan en números; en un sistema de base dos, es decir, usando únicamente los dígitos “1” y “0”. Toda señal analógica puede digitalizarse en un proceso realizable con un conversor analógico/digital.

Esta conversión en bits, permite que la señal de televisión acepte sin pérdida de calidad, como hemos visto en epígrafes anteriores, procesos muy complejos en la producción de los programas. Pero también la digitalización en la transmisión de la señal posee muchas ventajas. Es lo que se llama TDT (Televisión Digital Terrestre). Piénsese que la televisión analógica ocupa excesivos recursos del espectro electromagnético; lo que conlleva un aumento de las estaciones reemisoras y problema de interferencias entre las cadenas como cualquier aficionado puede comprobar recorriendo los diales del espectro en las grandes ciudades.

Los canales de la televisión digital ocupan la misma anchura de banda que los canales utilizados por la televisión analógica, pero gracias al uso de técnicas de compresión de las señales de imagen y sonido (MPEG), pueden albergar un mayor número de programas de televisión. Así, dependiendo de la velocidad de transmisión: desde un único programa de televisión de alta definición, con máxima calidad de imagen y sonido, hasta cinco programas que alcancen calidad técnica actual, o incluso un número mayor de programas con una calidad similar al vídeo.

Por otro lado, la televisión digital, en combinación con líneas de retorno tipo ADSL, ofrece una serie de nuevos servicios impensables para la televisión analógica: televisión a la carta con canales temáticos; video bajo demanda, es decir, la posibilidad de elegir el momento en el que queremos recibir el programa en nuestro receptor; pago por visión, elegir pagar para visionar un programa concreto; realización compartida del telespectador, que puede elegir entre varias tomas ofertadas el ángulo de visión que más le satisface; menús interactivos, una guía de programación exhaustiva.

El corolario es que la cadena de valor y de servicios de la televisión se modifica: ya no se basará en la dialéctica entre los índices de audiencia y los programas de servicio público sino en una nueva lógica todavía desconocida en la que el televidente obligatoriamente deberá ser menos pasivo.