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La emisión radiofónica: sonidos y ondas hertzianas (continuación)


A diferencia de la emisión en AM, la FM tiene un alcance mucho más reducido, aunque ofrece una fidelidad de transmisión mucho más alta. Además, la FM permite incluso emisiones estereofónicas aportando, si cabe, más calidad a la emisión.

En todo proceso de modulación también hay que distinguir entre dos señales consideradas básicas. La primera, de alta frecuencia, es la que podemos bautizar como portadora y es la que, con su frecuencia central, identifica a la emisora. La segunda, de baja frecuencia, la llamaremos moduladora y es la que realmente lleva la información (palabra y música) generada en los estudios de la emisora. Vale la pena hacer hincapié en el hecho de que la onda portadora es el vehículo mediante el cual se transporta toda la información de baja frecuencia. Sin la ayuda de la onda portadora, poca o nula propagación tendría la información de baja frecuencia.


La transmisión y la recepción paso a paso
Una vez conocidos y descritos algunos conceptos sobre la emisión radiofónica vamos a explicar, paso a paso, cómo ésta se lleva a cabo.

Imaginemos que hemos generado un sonido o señal utilizando uno o más de los anteriormente citados equipos de baja frecuencia. Esta señal de audio la hacemos llegar, mediante una conexión de cable, desde el mezclador de la sala de control a un equipo de alta frecuencia como es el transmisor.

Ya dentro del transmisor, lo primero que va ocurrir es que la señal sonora se introducirá en un limitador con el objetivo de evitar distorsiones y posibles interferencias, adecuando el nivel y la banda del paso de frecuencias de sonido a unos baremos óptimos.

Acto seguido tiene lugar la modulación de la señal, ya sea en amplitud o en frecuencia. A continuación, entra en escena un excitador el cual amplificará la señal ya modulada hasta un cierto nivel para que, de esta manera, llegue hasta el amplificador final, el cual le dará la potencia de radiofrecuencia necesaria.

Finalmente, el amplificador conducirá esta radiofrecuencia hasta la antena emisora. A partir de ese momento, la antena empezará a emitir por el aire la señal, mediante ondas hertzianas o radioeléctricas (compuestas por oscilaciones eléctricas de alta frecuencia) que viajarán a 300.000 Km. por segundo, para que pueda ser captada por la antena de un aparato receptor o sintonizador capaz de convertir las señales recibidas en señal de audio, mediante un altavoz.

Así pues, en el aparato receptor se restituyen las señales de baja frecuencia, correspondientes a la voz o a la música, transmitidas desde la emisora. Merece la pena subrayar que la cobertura de emisión que pueda tener una emisora de radio dependerá mucho de la potencia final en Watios que tenga el amplificador del transmisor: a más potencia más cobertura.

Para hacer posible la recepción de las diferentes emisoras de radio se ha concretado una portadora para cada emisora, caracterizada por una frecuencia fija y establecida adecuadamente. Las frecuencias de las ondas empleadas en radiodifusión están comprendidas dentro de determinadas bandas, fijadas por convenios internacionales.