Inicio > Prensa > 8 Reflexión sobre el medio > 8.1 El poder de la prensa

8.1 El poder de la prensa
¿Cuántas veces has oído que la prensa es el cuarto poder? La tradición popular, literaria e incluso la cinematográfica nos han trasladado que la información es un poder que puede hacer variar la realidad.

Sin embargo, la prensa debe cumplir tres reglas básicas: contarnos todo lo que ocurre en nuestro mundo (informar); ayudarnos a adquirir conocimiento interpretando esa realidad a la par que nos la cuentan (formar); y hacerlo de forma amena (entretener). Además, la relación mediadora que realiza la prensa (como el resto de los medios de comunicación) entre la sociedad y los lectores, nos permite entender todo lo que ocurre, llevar a cabo una mejor adaptación a nuestro entorno e incluso modificarlo.

Y todo esto la prensa lo realiza mediante una actividad descriptiva (qué ha pasado; el acontecimiento) y otra de análisis o evaluativa (qué significa eso que ha ocurrido). En virtud de esa actividad periodística, la prensa te influye y te enseña cuál debe ser el comportamiento más adecuado en sociedad: qué necesitas comprar, a quién debes votar en unas elecciones, a dónde puedes ir de vacaciones, porqué estás, o no, tan feliz, cuándo vas a ver a tu grupo de música favorito, cuánta suerte tienes por... como ves, los medios pueden influir mucho en tu opinión, en tu forma de actuar, de comportarte, etc.

Desde finales del XIX, como has podido leer en el bloque de Historia del medio prensa, gracias a la revolución industrial y a la popularización de los contenidos de la denominada prensa amarilla, se produce un crecimiento masivo de la lectura de prensa, no sólo en Norteamérica, Inglaterra y Francia, sino también en países como Suiza, Italia, Bélgica, Alemania y los países nórdicos, en los que se duplican las tiradas. Pero, a lo largo del siglo XX ¿se ha incrementado el número de periódicos? De la pluralidad de publicaciones periódicas depende la diversidad informativa y, sin embargo, durante el siglo pasado (desde que finaliza la Segunda Guerra Mundial) se inició un proceso característico del sistema de libre mercado o capitalista: la tendencia a la concentración de empresas, incluidas las informativas.

A lo largo del siglo XX la prensa ha ido incrementando el número de lectores. La lógica nos dice que cuantos más lectores tenga un medio, más poder tiene éste para influir en la opinión pública. El caso es que en nuestros días, esos consumidores de prensa se han convertido en un objeto de deseo. Los periódicos necesitan lectores para ofrecerlos a los anunciantes y de esta forma captar recursos publicitarios. A su vez, los diferentes intereses políticos y económicos de un sistema social repercuten en los contenidos que se trasladan a esos públicos lectores.

La prensa española dio el salto cuantitativo durante el último cuarto del siglo XX, años en los que se obtienen unas cifras de lectura algo menos vergonzosas y con unos indicadores de consumo de periódicos más esperanzadores. El poder de la prensa en España, mediante la influencia que ejerce en la sociedad, se verá reflejado en la historia del periodismo a través de diarios que, por ejemplo, se dice que han puesto o han quitado presidentes del gobierno. Seguro que has oído muchas veces afirmaciones como que a Felipe González le aupó El País a la Moncloa, y que El Mundo fue el responsable de que perdiera sus últimas elecciones generales.