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7.4 La fórmula llega a España: Fabra (continuación)
Fabra, a comienzos del siglo XX, tenía como abonados a cuarenta y cinco diarios, servicio que también recibían entidades de relieve en la vida nacional como el Banco de España y la reina María Cristina.

El problema de la agencia era su dependencia internacional de la agencia Havas, que exigía a Fabra la inclusión, en su servicio, de noticias que podían ser contrarias a los intereses de España, mientras que Havas, por suparte, no tenía la obligación de hacer llegar a sus abonados las noticias que no fueran favorables a Francia. Esta dependencia "afrancesada" representó el declive de la agencia -debido a las muchas voces se alzaron contra ella- ya que representaba el único lazo de unión de España con la comunidad internacional y cuando se producía un conflicto de intereses, como la guerra del norte de África, las informaciones siempre si inclinaban del lado francés.

Esta "tiranía" francesa hace que periódicos españoles se planteen la necesidad de crear otras agencias. Así nacen Febus, Spes, Ibérica y España-América. El nacimiento de estas agencias fue un hecho importante que contribuyó a la diversidad de información, pero algunas voces reclaman la creación de una agencia española con proyección internacional. Entre ellos el director del periódico El Socialista, Julián Zugazagoitía, y el propio director de Fabra, en aquel momento Amato Ibarrola, quien escribe al Gobierno sobre "la necesidad cada vez más apremiante de organizar un servicio informativo español para el exterior", a la par que acusa a las agencias extrajeras de "estar más atentas a su propio interés político" que "a tener en cuenta la veracidad absoluta de los hechos" , según recoge Carlos González Reigosa en el capítulo "Las agencias internacionales de prensa en el mundo hispano" de su obra "El periodista en su circunstancia" que aparece recogida en la bibliografía.