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2.1 Las formas primitivas
La utilización de las piedras para sellar quizá sea la forma más antigua conocida de impresión. Se usaban en la antigua Babilonia y en otros pueblos para firmar documentos y como símbolo religioso. Las piedras tenían dibujos tallados o grabados en la superficie y se usaban de forma muy parecida a los sellos y tampones actuales, con los que se imprimía sobre arcilla. Para conseguir su objetivo la piedra, engastada a menudo con un anillo, se coloreaba con pigmento o barro y se prensaba contra una superficie elástica y dúctil.

La evolución de la imprenta desde el método sencillo del tampón hasta el proceso de imprimir en prensa parece que se produjo de forma independiente en diferentes épocas y en distintos lugares del mundo. Los libros que se copiaban a mano con tinta aplicada con pluma o pincel constituyen una característica notable de las civilizaciones egipcia, griega y romana. Estos manuscritos también se confeccionaban en los monasterios medievales y tenían gran valor. En la antigua Roma, los editores de libros comerciales lanzaron ediciones de hasta 5000 ejemplares de ciertos manuscritos coloreados, como los epigramas del poeta romano Marcial. Las tareas de copia corrían a cargo de esclavos ilustrados.

Ya en el siglo II d.C. los chinos habían desarrollado e implantado con carácter general el arte de imprimir textos. Igual que con muchos inventos, no era del todo novedoso, ya que la impresión de dibujos e imágenes sobre tejidos, en China, le sacaba al menos un siglo de ventaja a la impresión de palabras.

Dos factores que influyeron favorablemente en el desarrollo de la imprenta en China fueron la invención del papel en 105 d.C. y la difusión de la religión budista en este país. Los materiales de escritura comunes del antiguo mundo occidental, el papiro y el pergamino, no resultaban apropiados para imprimir. El papiro era demasiado frágil como superficie de impresión y el pergamino, un tejido fino extraído de la piel de animales recién desarrollados, resultaba un material caro. El papel, por el contrario, era, y es, bastante resistente y económico. La práctica budista de confeccionar copias de las oraciones y los textos sagrados favorecieron los métodos mecánicos de reproducción.

Los primeros ejemplos conocidos de impresión en China, producidos antes de 200 d.C. se obtuvieron a base de letras e imágenes talladas en relieve en bloques de madera. En 972 se imprimieron de esta forma los Tripitaka, que son los escritos sagrados budistas que constan de más de 130.000 páginas. Un inventor chino de esta época pasó de los bloques de madera al concepto de la impresión mediante tipos móviles, es decir, caracteres sueltos dispuestos en fila, igual que en las técnicas actuales. Sin embargo, dado que el idioma chino exige entre 2.000 y 40.000 caracteres diferentes, los antiguos chinos no consideraron útil dicha técnica y abandonaron el invento. Los tipos móviles, fundidos en moldes, fueron inventados independientemente por los coreanos en el siglo XIV, pero también los consideraron menos útiles que la impresión tradicional a base de bloques.

A partir de una planta llamada papiro los egipcios descubrieron un material para escribir. El papiro egipcio se fabricaba partiendo de capas celulares de la médula dispuestas de forma longitudinal sobre las que se disponían otras orientadas en sentido transversal. Todo ello se impregnaba en agua, se prensaba y secaba y se frotaba suavemente con marfil o con una concha lisa. El tamaño de las hojas de papiro oscilaba entre 12,5 por 12,5 cm y 22,5 por 37,5 cm, y se unían una a otras para formar rollos que tenían entre 6 y 9 m de longitud.

Los egipcios escribían en el papiro en columnas regulares que, en la prosa literaria superaban en raras ocasiones los 7,6 cm de ancho. Los griegos conocían el papiro egipcio desde principios de siglo V a.C., si bien el papiro griego más antiguo que se conserva es el Persae, del poeta Timoteo, que vivió a finales del siglo V y principios del IV a.C. El uso del papiro para escribir textos literarios pasó de la civilización griega a la romana y se mantuvo hasta el siglo IV d.C, momento en que se inventó el pergamino, que se obtenía preparando las dos caras de una tira de piel animal. No obstante, se siguió utilizando el papiro hasta los siglos VIII o IX, sobre todo para redactar documentos oficiales y privados. Y en China, hacia el año 105 d.C. se descubrió el papel.

El papel, material en forma de hojas delgadas que se fabrica entretejiendo fibras de celulosa vegetal, se emplea para la escritura y la impresión, para el embalaje y el empaquetado. Es un material básico para la civilización del siglo XX y el desarrollo de maquinaria para su producción a gran escala ha sido, en gran medida, responsable del aumento en los niveles de alfabetización y educación en todo el mundo.