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7.5 El sonido
El sonido se propaga por presión mecánica de unas moléculas de aire sobre las moléculas contiguas dando lugar a un movimiento que se transmite, en una o múltiples direcciones, de unas moléculas a otras en forma de onda de presión (piensa en lo que sucede en un vagón de metro lleno de gente cuando frena de golpe y alguien pierde el equilibrio; este pasajero empujará a alguien, que a su vez empujará a otro y así sucesivamente y a continuación se producirá el mismo movimiento en sentido contrario. Esto provocará un vaivén en los pasajeros hasta que la energía quede absorbida y todos recuperen la posición inicial de equilibrio. Esto es un movimiento ondulatorio de transmisión mecánica) Cuando en el aire se producen ese tipo de oscilaciones entre 20 y 20000 veces por segundo, nuestro cerebro puede interpretarlas como sonido por medio del oído.

Las ondas pueden verse modificadas por reflexión, chocan contra una superficie y rebotan cambiando su dirección inicial (eco o reverberación); refracción, cambiar de dirección al pasar de un medio a otro de distinta densidad (Ej: agua-aire) o difracción, dividirse en múltiples direcciones cuando encuentran un punto de paso muy estrecho o un obstáculo en su camino.

Las características de las ondas se establecen a partir de un modelo de onda sinusoidal que sería la correspondiente a un tono puro, perfecto:

Longitud de onda: distancia entre dos puntos que oscilan en la misma fase (Ej: distancia entre dos crestas o entre dos valles de una onda). Depende de la frecuencia y del medio de propagación.

Frecuencia: número de ciclos que una onda completa en un segundo y se mide en Herzios. Una onda de 1 Hz completa un solo ciclo en cada segundo. De la frecuencia depende el tono, de modo que a mayor frecuencia (más ciclos por segundo) el sonido nos parecerá más agudo y a menor frecuencia (menos ciclos por segundo) sonará más grave. El sonido de una voz femenina presenta frecuencias más altas que el de una voz masculina.

Amplitud: Máximo desplazamiento respecto del punto de equilibrio que alcanza una partícula en su oscilación. Depende de la cantidad de energía que genera la onda y está relacionada con la intensidad —volumen- del sonido. Cuando gritamos estamos aplicando más energía sobre nuestras cuerdas vocales, con ello aumentamos la amplitud de la onda sonora que estamos generando. La amplitud decrece desde el foco según la ley del cuadrado inverso, siendo uniforme la atenuación.

Fase: la posición que alcanza una partícula que responde a un tono puro con respecto a su posición media. Las partículas en el mismo punto de su ciclo de movimiento se dice que están en fase. Señales en fase se refuerzan. En desfase se restan o anulan.

Las medidas del sonido son: la potencia; densidad de energía por m3 en una unidad de tiempo que se mide en W: Watio. La sensación: medida de comparación de intensidad entre dos sonidos que se mide en dB: decibelio.

El sonido llega a la banda sonora mediante el uso del micrófono, medio a través del que las vibraciones de aire se convierten en corriente eléctrica. Esta señal se puede registrar de forma magnética u óptica.