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10.1 La productora
Desde el tiempo de los hermanos Lumière, el cine se ha considerado como una industria cuyo producto es la realización de películas. Y se trata, de hecho, de un producto cuyos costes de elaboración resultan las más de las veces muy elevados. Indicativamente, puede decirse que en los informes de la Academia del Cine española se habla de presupuestos medios para la producción nacional en torno a los dos millones de euros; excusado es decir que esa cantidad es una bagatela para la industria estadounidense donde no es infrecuente encontrar filmes que han costado sesenta millones de euros. En las sociedades de libre mercado, de la producción de las películas se encarga una empresa cuyo objetivo central es conseguir recuperar la inversión económica realizada y, dentro de lo posible, conseguir beneficios: la productora.

Como toda actividad económica, para establecer una empresa productora es imprescindible cumplir una series de obligaciones tributarias y administrativas además de darse de alta en el Registro de Empresas Cinematográficas del Ministerio de Educación y Cultura (o el órgano competente en algunas comunidades autónomas). El ordenamiento jurídico español establece que la productora posee la propiedad y los derechos económicos de explotación de la película durante cincuenta años (por eso en la entrega de premios como los Goya el premio a la mejor película lo recoge el productor).

Según los cánones convencionales, en las productoras laboran de continuo una serie de trabajadores estables y especializados tales como el equipo de producción propiamente dicho, los departamentos comerciales y de lectura de guiones. En una cinematografía relativamente modesta como la española esa estructura apenas la poseen una decena de empresas.

Los miembros del equipo de producción están encabezados lógicamente por el Productor, propietario de la empresa, que se identifica con la empresa hasta el punto de que en ocasiones la da su propio nombre (por ejemplo: Elías Querejeta PC). El productor es la figura que plantea, organiza y promueve el proceso de realización y comercialización de una película asumiendo siempre la responsabilidad financiera del film.

El responsable máximo en la producción concreta de una película es el Productor Ejecutivo, una figura que a veces, pero no siempre, se confunde con el mismo productor. Entre otras muchas funciones, el productor ejecutivo se encargará del cumplimiento de los plazos y del presupuesto determinados. Significativamente, puede decirse que es la única persona que tiene capacidad para cortar o prolongar un rodaje.

En el siguiente escalón de la estructura laboral encontramos al Director de Producción. Éste, que se incorpora al trabajo una vez aprobada la versión definitiva de guión, supervisa la gestión económica y administrativa diaria (de hecho, con el ayudante de dirección se ha encargado de los desgloses de guión y del plan de trabajo). Suele presentarse a diario en el rodaje para estudiar las necesidades y controlar financieramente los imprevistos. Más abajo encontramos a los ayudantes de producción o, según la envergadura de la producción, un Jefe de Producción, responsabilizados de tareas tales como conseguir los permisos de rodaje, seleccionar las empresas auxiliares (véase el epígrafe 10.3), organizar las horas de comida o preparar las necesidades del rodaje para el día siguiente: horarios, aparcamientos, etc. También, en el equipo se encuentran los auxiliares de producción que se encargan de la organización del catering, del desplazamiento de los actores o papeleos menores.

Un último apartado de la estructura del equipo de producción hace referencia a las labores del Regidor, encargado de conectar a los equipos de producción y de dirección artística consiguiendo todas aquellas necesidades de decoración o de vestuario que vayan surgiendo durante el rodaje. A la Secretaria de Rodaje, cuyas labores son administrativas, en estrecha relación con el Productor Ejecutivo y con el Director de Producción. Y al Pagador contable, la persona más esperada por todos los que trabajan en una película, pues es el encargado de repartir, al final de la semana o del mes, los cheques bancarios y compensar las facturas, producto de gastos de rodaje (gasolina para coches o material de rodaje).

Según se ha sofisticado el cine contemporáneo, ha proliferado la figura de Responsable de Casting, encargado de conseguir la figuración y a los actores secundarios, o incluso protagonistas, si lo que se busca son actores noveles.