INTRODUCCIÓN
 

LA TIERRA, UN PLANETA EN CONTINUO CAMBIO

La Tierra cambia. Esta realidad nos resulta obvia cuando vemos los efectos producidos por una erupción volcánica o por un terremoto, cuando una tormenta se lleva una playa o una riada barre el fondo de un barranco. También es muy evidente en las actuaciones humanas como la construcción de un embalse o un túnel, el trazado de una carretera o un ferrocarril. Todas ellas suponen cambios notables en la superficie terrestre.

Hoy en día hablamos del calentamiento de la Tierra, del retroceso de los glaciares, del cambio de hábitats o de la extinción de seres vivos. Podemos, incluso, medir el crecimiento anual del Himalaya o la separación entre América del Norte y Europa.

Todos estos hechos, tienen algo en común. En tanto que son procesos perceptibles por el hombre, son procesos muy rápidos, tremendamente rápidos a escala geológica, puesto que los medimos con nuestra propia escala de tiempo. Sin embargo, dentro de esta escala, la separación de los continentes y el crecimiento de las montañas a nosotros nos parecen procesos lentísimos.

Para entender cómo funciona la Tierra hay que cambiar de escala y abarcar los 4.500 millones de años que tiene nuestro planeta. A esa nueva escala, la ESCALA GEOLÓGICA, una erupción, un terremoto o una obra civil son un suspiro, casi no cuentan. El mismo movimiento de los continentes resulta ser un proceso muy rápido.


"Deriva continental percibida a escala de tiempo geológica: 1 sg = 450 millones de años.""Deriva continental percibida a escala de tiempo humana: 1 sg = 1 sg."

 

Para nosotros, la caída de un meteorito de gran tamaño sobre la Tierra es un suceso dentro de lo posible, cuya probabilidad es casi de cero. Sin embargo, para la Tierra, la caída de grandes meteoritos es un hecho casi seguro: han caído en el pasado y caerán en el futuro. Sabemos que el último gran meteorito confirmado cayó hace tan sólo 65 millones de años, lo cual es un breve momento en la Historia de la Tierra.

Ha cambiado el aspecto de la superficie terrestre, se han modificado la atmósfera y el clima y han cambiado los seres vivos. Si pudiéramos retroceder al Mesozoico o al Paleozoico, o aún mejor, al Proterozoico, posiblemente no seríamos capaces de reconocer nuestro propio planeta. La pregunta clave es: ¿la Tierra seguirá cambiando en el futuro?. La respuesta obvia es que sí, pero con una novedad respecto del pasado, y es que ahora nuestra especie jugará un papel fundamental en los nuevos cambios.


Alejandro Romero Abelló
Juan Aznar Acosta