IDEAS FUNDAMENTALES

Para la vida es imprescindible un aporte continuo de materia y energía.

La materia sencilla se une mediante enlaces que almacenan energía formando moléculas más grandes y complejas.

La energía se manifiesta de diversas formas en la vida: energía calorífica, luminosa, química, cinética...

Las reacciones de síntesis (anabolismo) y degradación (catabolismo) en la vida forman lo que denominamos metabolismo.

En el estudio de una población debemos tener en cuenta su dinamismo basado en el tamaño y la tasa de crecimiento, condicionada por los factores bióticos y abióticos.

Las relaciones interespecíficas limitan el crecimiento de la población.

Para la obtención de alimento el ecosistema se organiza en niveles tróficos: productor, consumidor, descomponedor y transformador.

La interdependencia de seres vivos de distintos niveles tróficos conforma auténticas cadenas y redes tróficas.

Los ecosistemas varían a lo largo del tiempo en cambios que pueden ser rítmicos, fluctuaciones (no rítmicas) y evolutivas: sucesiones.
En la evolución natural, los ecosistemas van evolucionando hasta conseguir el equilibrio: comunidad clímax.

Para que una comunidad esté en equilibrio deben tenerse en cuenta las interacciones con otras comunidades del ecosistema.

Los principales elementos químicos de la materia viva describen en la naturaleza ciclos llamados biogeoquímicos.